Se lleva hablando de sostenibilidad mucho tiempo, y en cierto modo, la idea del cambio hacia un modelo económico más responsable con los recursos y con su impacto en el medio se ha convertido en un cliché. Sin embargo, tanto las nuevas normativas como la conducta del consumidor nos enseñan que la sensibilidad por el medio ambiente es algo mucho más profundo que lo que se cree. Se trata de un proceso lento, pero irreversible.
¿Qué encontrarás en este artículo?
La realidad política
El mundo se dirige a una descarbonización. Un cambio de tal magnitud no se produce en un par de décadas, y llevará su tiempo pero todo indica que la apuesta por fuentes de energía no contaminantes está en la agenda de las economías más poderosas del planeta. Incluso China, el país más contaminante del mundo, está haciendo una apuesta clara por este tipo de energía y es el líder en su producción. En 2021, el país destinó 380.000 millones de dólares en inversiones públicas y privadas a energías limpias.
Además, los últimos sucesos geopolíticos, han demostrado que la dependencia energética del gas, el carbón o el petroleo puede ser una amenaza para la estabilidad mundial, y que es necesario diversificar la producción de energía.
Las políticas en esta línea ya abarcan todas las instituciones, incluido el ámbito local que ya aplica leyes para generar modelos más sostenibles como la recientemente anunciada Tasa Amazon de Barcelona.
La realidad cotidiana
A pesar de las evidencias científicas, el cambio climático se ha puesto en duda desde algunos sectores. Lo cierto, es que la realidad está siendo la mayor prueba de los efectos del calentamiento global. El último informe sobre el clima global de la Organización Meteorólogica Mundial muestra como entre 2013 y 2022 la temperatura del planeta ha aumentado 1,14 grados.
Las altas temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos comienzan a ser la prueba irrefutable de que estamos en un proceso irreversible y la opinión pública gana consciencia en ello.
La realidad empresarial
Una empresa conectada con la sociedad debe ser consciente de la necesidad de responder a estas inquietudes. Con normativas que regulan el impacto de la actividad económica en el medio y una sociedad cada vez más sensible en estos temas, la necesidad de comenzar a aplicar planes de sostenibilidad es real.
Poner la sostenibilidad en la agenda de la empresa es un deber como sujeto cuya actividad tiene un impacto en la sociedad en la que vive. Este nuevo modelo de co-responsabilidad, que los consumidores comienzan a entender, debe ser entendido también por las compañías y comenzar a reflexionar sobre qué manera pueden tener menos impacto medioambiental y revertirlo en algunos casos.
No se trata de generar un manifiesto con unas medidas puramente decorativas, se trata de ser consecuentes con nuestra actividad. Los consumidores comienzan a ser muy sensibles con este aspecto. Según el estudio Environmental sustainability in business de Simon Kucher & Partners, el 75% de los consumidores piensan que la sostenibilidad es importante a la hora de comprar. Se trata de una tendencia que seguirá creciendo y aquellas compañías que tengan más camino hecho en este sentido, serán las que mejor se adapten a los cambios que están por venir.
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